𝕭𝖔𝖈𝖈𝖆𝖓𝖊𝖌𝖗𝖆

Renace la leyenda del Ibérico.

En 𝕭𝖔𝖈𝖈𝖆𝖓𝖊𝖌𝖗𝖆 queremos seguir llevando nuestros ibéricos de bellota a las mesas de los paladares más exigentes. No nos conformamos con ser los mercaderes de ibérico más antiguos del mundo, por eso, en los últimos años nos hemos embarcado en una serie de transformaciones sin olvidar nuestros orígenes. Nuestros métodos de trabajo vienen transmitiéndose de generación en generación desde el inicio del siglo XV, pero hoy los sibaritas también viven conectados a la red, obligándonos nosotros mismos a ofrecer un exquisito servicio que une lo virtual con lo físico.

  1. El origen:

    Mercaderes y comerciantes

    Los primeros Boccanegra de los que se tienen noticia se dedicaban en 1190 a la actividad comercial. De esta familia surgieron mercaderes activísimos y algunos ocuparon cargos destacados como Simón Boccanegra que fue el primer duque de de Génova

  2. La llegada a España:

    Guerra en favor del comercio

    Egidio Bocanegra, hermano de Simón Bocanegra, estuvo al servicio de Alfonso XI de Castilla como almirante. Participó en la última gran batalla de la reconquista —la Batalla del río Salado (30 de octubre de 1340)— que expulsó a los sarracenos benimerines del Estrecho de Gibraltar. Esta alianza al servicio de Castilla por parte de los genoveses correspondía a su interés en que quedara libre el Estrecho de Gibraltar para reanudar el comercio marítimo entre el Atlántico y el Mediterráneo.

  3. El Señorío:

    Victorias y recompensas

    En 1371, siendo rey de Castilla Enrique II Trastamara, Ambrosio Bocanegra, naturalizado castellano, se batió victoriosamente contra los portugueses en las bocas del Guadalquivir y después venció a la flota inglesa delante de La Rochella. En reconocimiento de sus servicios obtuvo del rey el señorío de Palma del Río y su castillo, situado a la mitad de camino entre las ciudades de Córdoba y Sevilla, a orillas del Guadalquivir. La familia Boccanegra jugó en la economía castellana del siglo XV una función dinamizadora, moderna y precursora del comercio internacional actual.

  4. Boccanegra:

    El comercio del Ibérico

    La actividad mercantil por antonomasia, fue el comercio de productos. Con las redes comerciales con el Reino de Granada ya extintas tras la caída de Loja en 1486, los Boccanegra trataron con nuevos productos susceptibles de ser exportados, especialmente semovientes. Constituyendo la tenencia de ganados ibéricos también una inversión, susceptible de ser usada como bien raíz ante avales y prestamos que financiaran la expansión comercial.

  5. Comercio con Ámerica:

    La expansión

    La posición que en el siglo XV ocupa Castilla, favoreció la expansión de las familias comerciantes. Con nobles compartiendo linaje, como Cristóbal Mesía Bocanegra, caballero de la orden de Santiago, gobernador, maestre de campo de la ciudad de Lima y la presencia de “casas de los genoveses” en varias colonias españolas, como la de Panamá, la actividad comercial de los Boccanegra y sus ibéricos. Las actividades comerciales continuaron hasta el siglo XVIII, época en la que entraron en decadencia.

  6. El presente:

    Renace la leyenda del Ibérico

    Los Boccanegra son una estructura que resiste el paso del tiempo, las guerras, las quiebras de compañías, cuando una rama familiar desaparece otra ocupa su lugar. Así puede observarse que una familia que se ausenta durante varias épocas regresa en la generación siguiente creando una red comercial nueva aún más poderosa que la anterior y con mayores conexiones. Aquí estamos, con ganadería ibérica propia, con granjas propias, con alimentación de cerdo ibérico propia, con una nueva red comercial más potente. Hoy volvemos a las mesas de los paladares más exigentes del mundo.